Siloh

No será quitado el cetro de Judá, ni el mando de entre sus pies; hasta que llegue Siloh; a él se congregaran los pueblos. Génesis 49: 10

Este es un versículo muy significativo en el AT. Jacob había tenido 13 hijos, quienes formaron familias, y ocuparon lugares formando 12 sociedades. En el desenlace de sus días Jacob llama a sus hijos y los bendice con unas palabras; y justamente fue que le dice a Judá que de la línea de su descendencia vendría un líder mesiánico, y que el cetro nunca sería quitado de el. El mesías uniría a los pueblos y traería paz al mundo.

Los hijos de Jacob fueron bendecidos según el pacto que Dios había hecho con Abraham " de los cuales, son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la Ley, el culto y las promesas, y de los cuales según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Rm 9: 4,5

Dios ya estaba iniciando su plan para la humanidad, Jesús vino unos siglos después de esta profecía a traer un mensaje de paz a los pueblos. Aunque también existió un lugar llamado siloh, al norte de Jerusalén donde estaba el tabernáculo con el arca del pacto por muchos años. Siloh fue en ese entonces la primera capital de Israel, al entrar en la tierra prometida. 

La profecía se refería a un gobernante, más que a una ciudad. El cetro simboliza la regla y el dominio que ejerce un gobernante. El "bastón del gobernante" o "el bastón del comandante". Su raíz verbal significa cortar, como cuando se establece un decreto, el término puede referirse al concepto de legislador, alguien que proclama la ley  y gobierna sobre la base de la ley.

El cetro correspondía a los gobernantes que en cada tiempo estaba en Israel, entonces vino el advenimiento "hasta que llegue Siloh", por eso no fue excluido el cetro, sino fue transferido al punto más alto de la línea de Judá que es Jesús, el único príncipe de paz.

Experimentamos esa paz que sobrepasa entendimiento, cuando tenemos un encuentro con Jesús.



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