La oración

 ¿Que es la oración?

La oración es un conjunto de palabras que dan un mensaje. Desde pequeños aprendemos nuestras primeras palabras, después hacemos una línea con esas palabras formando oraciones para decir lo que está en nuestra mente, así nos expresamos.

El ser humano se comunica de diferentes formas pero la más frecuente es por palabras.

Escuchamos, hablamos. Entonces las palabras son utilizadas para relacionarnos.

En el área espiritual también Dios en su inmensa creatividad, hizo un acceso para hablar con El, aunque sea un ser invisible para nosotros, podemos tener una comunicación constante en oraciones donde expresemos lo que llevamos dentro. La oración no debería ser estructurada, como cajitas cuadradas, monótonos, y fríos.

En nuestros primeros pasos con Jesús, no sabemos como iniciar una oración, aprendimos a repetir frases quizás; pero a medida que vamos escuchando la voz de Dios en lo que nos dice en la palabra, vamos ampliando nuestra forma de expresarnos.

Jesús nos dejó un modelo de oración en el Padre nuestro, pero la idea no es repetir esa oración, una y otra vez. La idea es hablar con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo cada día con confianza, así como encontramos varias personas en las escrituras que hicieron oraciones profundas como la oración de Ana, Josué, Moisés, Elías, Esther, Daniel, etc.

Le hablamos a Dios, con respeto, pero como a un amigo, sabiendo que no tenemos que guardarnos nada, el sabe hasta lo que pensamos; entonces nos preguntamos si Dios sabe lo que pensamos, ¡para que oramos? hay días en que de verdad no queremos orar, parecen palabras vacías al viento, pero no es así.

Dios nos ama, y lo único que quiere de nosotros es fe; la fe ciega que nos hace saber que El lleva en cuenta cada una de nuestras palabras, palabras de alegría, asombro, tristeza, agradecimiento, peticiones, miedo, todos los sentimientos y las emociones humanas. Cuando vamos en oración, es como una entrega que hacemos, le damos a Dios nuestros pensamientos, emociones. 

La religión nos enseña que Dios es un ser divino a quién debemos hacer todo el tiempo peticiones; pero es necesario ver a Jesús como un hermano que desea escuchar y reconoce nuestra voz entre miles, a Dios como un Padre, al Espíritu como un amigo que nos guía, seres trascendentales, que nos crearon para un día encontrarse visiblemente con nosotros.

La oración tiene muchos beneficios, y especialmente para nosotros: nos acerca a Dios, recibimos su paz y gozo, la presencia de Jesús nos inspira y transforma, nos da bienestar en el alma, podemos ofrecer palabras que glorifiquen su nombre.

Mateo 6: 6 dice: Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.

La oración se puede hacer en cada momento, haciendo una actividad, sentados, pero es imprescindible encontrar un lugar donde podemos estar apartados, en silencio, concentrados solos en El.

Dedíquense a la oración, y perseveren en ella con agradecimiento. Colosenses 4: 2



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