El Espíritu vivifica

 El cual aun nos hizo que fuéramos ministros suficientes del nuevo testamento, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, más el Espíritu vivifica. 2 Corintios 3:6

Este es uno de los versículos que se utiliza muchas veces para decir que no es conveniente profundizar, o dedicar muchas horas al estudio de las escrituras. Pero contextualizando podemos ver que fue una forma de expresión.

Es muy comprensible de cierta forma que en ese tiempo se dudaba de las palabras de los discípulos de Jesús, y más cuando no todos fueron testigos de su resurrección, inclusive muchos de ellos jamás escucharon o vieron antes a Cristo. Predicaban en cada ciudad a donde iban, revolucionando a nuevos creyentes, entonces las autoridades ciudadanas y religiosas se alarmaban de ver tantos seguidores del Mesías.  En una de esas el Apóstol tenía que dar nuevamente argumento con que autoridad proclamaba el evangelio, junto a todos los que ministraban con el. El apóstol entonces dijo en pocas palabras que su autoridad apostólica era evidente pues el Espíritu había transformado sus vidas. Saulo, antes era un perseguidor sanguinario del cristianismo.

Al decir la letra mata, estaba hablando sobre la letra del antiguo pacto, y lo segundo que el Espíritu vivifica es en representación del nuevo pacto. Ellos eran ministros del nuevo pacto.

En muchos pasajes la letra de los mandamientos de Dios producía muerte, física o espiritual; mientras que en el nuevo testamento sucedía que el Espíritu producía un nuevo entendimiento que trae vida espiritual, por medio de todo el ministerio del ES. que produce en nosotros https://zionliv.blogspot.com/2023/08/ministerio.html. La palabra de Dios en el tiempo de la iglesia primitiva estaba unida con los primeros libros canónicos, y los discípulos justamente escudriñaban para mostrar que Jesús era aquel Mesías prometido, y también el que nos dejó el Espíritu vivificante. Entonces el efecto ministerial del Espíritu también se da por el estudio de las escrituras.

2 Timoteo 3: 15 y que desde la niñez has sabido las sagradas escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.