Dios no esta en el control
Hemos escuchado muchas veces esta frase, Dios tiene el control, pero sabías que, ¿aunque Dios es infinitamente poderoso no está en el control de todo?
Lucifer fue un ángel, el que poseía más poder entre los ángeles, pero fue arrojado del ejército de Dios por su rebelión, entonces el mismo arrastró a algunos de ellos para formar su legión de ángeles caídos convirtiéndose en el líder de los demonios. Lucifer o más conocido como Satanás se enfoca en hacer daño, en traer destrucción especialmente a la creación de Dios.
El poder persuasivo de Satanás fue el causante de la separación del ser humano de su creador, el que destruyó el diseño perfecto en la tierra, porque su intención fue siempre tener un gobierno para él, y extender el mal.
Desde génesis Dios permitió que se introduzca el mal al dar a los seres humanos voluntad, donde fácilmente fueron influenciados y fue desde entonces que gobierna este mundo.
1Jn 5: 19 Sabemos que somos de Dios y el mundo entero está bajo el maligno.
1Pedro 5: 8 Sed sobrios y velad porque nuestro adversario como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar.
En Job 1 podemos ver un ejemplo; dice que Satanás estaba rodeando la tierra y andando por ella, después acusa al siervo Job de falsedad, y Dios le da toda la autoridad para que toque su vida. En esta historia se puede ver una diferencia, entre la humanidad general y los apartados de Dios, donde él debe permitir el daño por el adversario; y aun así no exime la responsabilidad de sus obras.
Si alguna vez has visto la película cristiana la Cabaña, vas a decir que es una historia trágica, vas a pensar porque sucedió esos acontecimientos, pero de verdad no sabemos el porqué.
Hasta el día de hoy el diablo obra de diferentes formas sobre la creación, no debe ser subestimado, pero también sabemos que Jesús venció las cadenas que nos condenaban pagando con precio de sangre; y cualquier daño que permita que suceda en nuestra vida, Él lo va a restaurar. Mientras estemos en el mundo no estamos exentos de sufrir, pero sí tenemos la seguridad de que nada nos va a separar del amor de Dios. Si Dios estaba al control de todo estaríamos en el mundo ideal. Su reino no es de este mundo, por eso descansamos en esa promesa de tener un futuro perfecto en la era milenial.
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