Poda
Yo soy la vid verdadera, y mi padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará, y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará para que lleve más fruto. Jn 15:1,2
Somos llamados a dar fruto, y existen tiempos de fruto abundante, donde es visible los resultados de las buenas obras que hacemos. Pero así también están los tiempos en el que no hay frutos, porque el árbol debe pasar por un tiempo de poda, donde se debe desgajar las ramas para que crezca mejor y más fuerte. Después de ese tiempo de poda, el árbol o la planta dará más frutos, o tendrá más flores.
Ese el proceso que también pasamos en el cristianismo a nivel personal y eclesial. Son tiempos de enfoque en las pasiones del corazón de Dios, donde vamos sacando lo que está mal estrecho en la obra o en nuestra vida, para crecer más fuertes. Los tiempos de poda muchas veces nos enfoca de forma en que podamos hacer mejor un ministerio, así como una buena planificación para hacer evangelismo, desde un tiempo previo de mucha oración para que el corazón de las personas sea abierto para recibir el mensaje. Dios también hace podas en nosotros, en nuestros pensamientos, es como el desgajo en cualquiera de las tres áreas que somos, el alma, el espíritu o el cuerpo. En algún momento vamos a necesitar una poda, pero es importante saber discernir la poda, la disciplina, o los tiempos en el que el enemigo nos ataca, porque son diferentes. Este último es la narrativa de Satanás de acusarnos, invalidarnos o anular nuestras obras en las temporadas anteriores. Satanás nos hará dudar siempre de Dios y de nosotros para desviarnos.
Los tiempos de poda son tiempos de reenfoque, para que la rama pueda fortalecerse del sumo del tallo, la savia que le da más vigor, es Cristo dando a nuestra vida el Espíritu Santo, Como el tiempo en que los discípulos tuvieron que ser podados de la presencia de Jesús. Con el Espíritu Santo empezó un avivamiento universal, porque la poda les llevó a dar más frutos. Los tiempos de poda son un regalo para honrar el primer mandamiento,
En el tiempo de poda es primordial que las palabras de Dios permanezcan en nosotros, es llenarnos de su palabra, nuevas revelaciones, nuevos mensajes., nueva renovación del alma.
Este tiempo también saca nuestra mirada de los frutos, de las distracciones, y nos reactiva mucho más en la oración.
Comentarios
Publicar un comentario