Emaus

Lucas 24: 13 Aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban conversando sobre todo lo que había acontecido, sucedió que mientras hablaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a hablar con ellos, pero no le reconocieron pues sus ojos estaban velados.

¿Que vienen discutiendo por el camino? preguntó. Se detuvieron cabizbajos. Uno de ellos de ellos, llamado Cleofás, le dijo: ¿Eres tú el único peregrino en Jerusalén que no se ha enterado de todo lo que ha pasado recientemente? Entonces el les dijo; ¿Qué cosas? Y ellos les dijeron: De Jesús nazareno, que fue varón profeta poderoso en palabra y en obra delante de Dios y de todo el pueblo; y como le entregaron los principales sacerdotes y nuestros gobernadores a sentencia de muerte y le crucificaron. Pero nosotros esperábamos que El era el que había de redimir a Israel, y ahora además de todo esto, hoy ya es el tercer día que ha acontecido. Aunque también nos ha asombrado unas mujeres de en nosotros, las que antes del día fueron al sepulcro, y como no hallaron su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto visión de ángeles, quienes dijeron que el vive. Y fueron algunos de los nuestros al sepulcro y hallaron así como las mujeres habían dicho, pero a el no le vieron. Entonces el les dijo: Oh insensatos y tardos de corazón para creer todos los que los profetas han dicho. ¿ No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y entrara en su gloria. Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba todo en la escritura de lo que de el decían. 
LLegaron a la aldea adonde iban, y el hizo como que iba más lejos. Mas ellos les obligaron a quedarse diciendo: quedate con nosotros,porque se hace tarde y el día ya ha declinado. Entró pues, a quedarse con ellos. Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa tomo el pan y lo bendijo, lo partió y les dió, entonces le fueron abiertos los ojos y le reconocieron, más el se desapareció de su vista. Y se decían el uno al otro, ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y nos abría las escrituras?. Y levantándose a la misma hora volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón. Entonces ellos contaron las cosas que les habían acontecido en el camino, y como le reconocieron, al partir el pan.








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