Jacob
Jacob fue un hombre descendiente de Abrahan, del línaje escogido por Dios para la venida del mesías. Su nombre significa "atrapador de talones" que sigue a la idea de suplantar o engañar. Su historia estaba marcada por engaños, desde que se hizo pasar por su hermano para recibir las bendiciones que le pertenecían como primogénito. Despues al huir de ese lugar, se encontró con su familiar que le dió a sus hijas a cambio de catorce años de trabajo, mas otros seis años donde Laban intento sacar más ganancia pero con pocos resultados porque la gracia de Dios estaba sobre él, entonces nuevamente salió a escondidas de aquel lugar tras percibir la disconformidad de los hijos de Laban. Cuando estaba cerca de su lugar de origen, Esaú, su hermano venía a su encuentro, entonces decidió enviar primero en grupos a sus esposas, hijos y siervos con sus pertenencías, mientras el decidió quedarse aquella noche. Fue entonces que en medio del agotamiento, la oscuridad, vulnerabilidad, y miedo se le aparece un angel representando a Dios mismo, y dice que pelea con el hasta el amanecer.
Son varias ideas que salieron de esta escena misteriosa. Porqué ¿ Dios desería pelear con un hombre en estado vulnerable?.
La pelea era física porque resalta que el ángel le golpea en la cadera a Jacob, pero también se puede decir que con ese golpe despertó la persistencia de un alma cargada y afligida, que distinguió la presencia de Dios en aquel hombre y no le soltó hasta obtener una bendición por su entrenamiento y esfuerzo. La batalla fue más espiritual que física en ese encuentro porque Jacob sacó talvez la carga de todos esos años de presión, y constantes disenciones.
En ese enfrentamiento Jacob entregó todas sus cargas, y logró obtener una afirmación de la bendición que su padre le había declarado.
El ángel le cambia su identidad por un nuevo nombre, ahora se llamaría Israel como presentando el nuevo tiempo que vendría en su vida y la de sus descendientes.
Con esa afirmación en su identidad se presenta a su hermano Esaú, que lejos de estar enojado, le recibe de la mejor manera.
Esta escena también nos revela que existen batallas que debemos ganar pero más en el ámbito espiritual, con persistencia. La diferencia esta en que los golpes que vienen de Dios fortalecen nuestro ser interior, mientras que los golpes que vienen del enemigo nos ataca para sacarnos todo, hasta nuestra identidad como hijos de Dios. Los conflictos terrenales deben ser enfrentados con un espíritu fortalecido, un entrenamiento práctico y el enfoque en las pasiones del corazón de Dios que nos lleva a vencer todas las cargas y aflicciones, porque es el Espíritu Santo quién nos lleva más alla de nuestras debilidades y temores a confiar en sus promesas en una noche oscura.
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