Haz lo simple.

 No te afanes en ser alguien importante, sino en ser alguien valioso. Esta frase hace eco en mis pensamientos desde hace varios días.

La sociedad honra lo que brilla, pero muchas veces es solo eso, brillo que desaparece con el viento. No todo lo que deslumbra es real. Es necesario ver lo que dicen muchos artistas para confirmar que detrás de un gran éxito puede haber muchos desastres. Todos quieren hacer lo extraordinario para ser admirados. Pero la vida real se compone de las cosas simples. 

Algunos venden la idea del éxito al instante, pero la verdad es que construir desde abajo, subiendo un escalón a la vez es  dificil pero lo más sostenible. En esta nueva era de inteligencia artificial, la mayoría buscan soluciones desde las aplicaciones y hacer videos virales para alcanzar el trending se ha convertido en el objetivo más anhelado. Pero no te confundas, son instantes de entretenimiento nada más, no te afanes en ser visible. Intenta construir tu interior con valores firmes, metas profesionales y si eres seguidor de Cristo, ingresa en un ministerio donde su nombre sea exaltado. 

Levántate cada día, haz lo que te corresponde hacer en tu hogar, ayuda a una persona cercana, busca oportunidades de crecimiento y realiza esas actividades con excelencia, así vas a ver que lo que parecía insignificante se convierte en algo consistente, porque no se basa en lo que tienes, sino en lo que eres. Ser valioso es ser una persona que puede ofrecer todos los días algo de sí mismo a los demás. 

Jesús fue la persona más increíble sobre la faz del mundo y aun así se dedico a hacer lo simple por treinta años, para despues manifestar su propósito. Si el hombre más grande fue el más humilde, cuanto más debemos ser nosotros.