Discipulado.

«Y acercándose Jesús, les habló, diciendo: Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» , Mateo 28:18-20.

Una de las características que tenemos en las iglesias es el discipulado.
El díscipulado consiste en la agrupación de una cierta cantidad de personas, donde existe unidad, crecimiento, principalmente bajo la guía y el liderazgo de una persona.
El discipulado tiene como propósito administrar los dones, el crecimiento doctrinal sistemático, el acompañamiento individual, y la comunión entre hermanos en la fe.
El ministerio de Cristo fue de tres años donde realizó muchas proezas pero compartió intimamente con doce discípulos, quienes despues siguieron el ministerio, extendiéndose en pequeños grupos por varios lugares. De ahí surgieron las cartas apostólicas que nos sirven para adoctrinamiento en la iglesia.
El discipulado es como un entrenamiento donde existen niveles de crecimiento espiritual, independientemente del conocimiento biblico o los titulos teológicos que cada uno pudo haber obtenido , para realizar la obra evangelizadora en un sistema que va en contra de Dios.
Cuando una persona ingresa a un campo, primero labra la tierra, siembra la semilla, germina y provee todos los recursos y cuidados necesarios para que crezca, despues recoge los frutos. Es así de arduo las labores de un lider que debe discipular a los comisionados que Jesús le entregó. 
La base para cualquier ministerio siempre debe ser las escrituras. Los apostoles encargaron en varias ocasiones a los seguidores sobre el buen uso de la palabra.

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.  Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias,  y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.  Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. 1Timoteo 4

En este capítulo el apóstol específicamente le esta intruyendo a uno de sus seguidores. Para eso fue entrenado, y guiado un tiempo antes, ahora debía realizar la obra con autoridad. Entonces podemos ver que para hablar con autoridad debe haber un cimiento fuerte como base, y una edificacion constante para la gran comisión. En ese sentido necesitamos capacitarnos en todo tiempo porque siempre habrá algo más que recibir para dar.
Todos debemos estar disponibles para el liderazgo, en diferentes áreas o ministerios, según los dones que el Espíritu Santo nos ha dado; teniendo en cuenta que el acompañamiento para cada díscipulo es diferente según la condición en la que se encuentre. Para ello primero debe haber una evaluación. Despues una guía con discernimiento.
Porque sí se utiliza el mismo método para todos, habría un desvalance en los resultados.  Por ese motivo existen voluntarios a tiempo completo a quienes se les provee con lo necesario para que asistan constantemente a los mas vulnerables en el cuerpo de Cristo.
Los grupos eclesiásticos que no cuentan con discipulado según el modelo que Jesús nos dejó seran ineficientes, sin frutos, sin evangelismo, sin transformación. Cuando comenzó el avivamiento en hechos, se abrió paso al poder del Espíritu Santo conformando la iglesia atravez del discipulado consistente. Cada integrante llegaba por convicción de pecados y fe en la obra redentora de Jesús, no por rituales vacíos que no purifican el alma, y en ese transcurso se sometían a las autoridades a quienes rendían cuentas sobre su vida cristiana; teniendo comunión unos con otros, entre exhortaciones y aprendizajes.
Esta bién tener referentes de maestros en la fe pero sobre todo debemos tener a Jesús como máximo ejemplo de un liderazgo santo y perfecto.
Hechos 2:42
Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.


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