Guerra espiritual

 Lucas 10: 19 Miren que yo les he dado poder para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer todo el poder del enemigo, sin que nada los dañe.

Lucas 22: 31 Simón, Simón, Satanás ha pedido sacudirlos como si fuesen trigo, pero yo he rogado por tí, para no te falta la fe.

Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios para que cuando llegue el día malo puedan resistir con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia y calzados con la predisposición de proclamar el evangelio de la paz, además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual puedan apagar todas las flechas encendidas del maligno, tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu que es la palabra de Dios. Ef 6: 13, 17

1Pedro 5: 8 Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y el esta como león rugiente, buscando a quién devorar. Pero ustedes manténganse firmes, y háganle frente.

Josué 10:25 Y entonces Josué les dijo: no tengan miedo, no se atemoricen, sino sean fuertes y valientes, porque así hará el Señor con todos sus enemigos, contra los que deseen hacerles mal.

La guerra espiritual es una batalla o un conflicto entre el bién y el mal, iniciado en el plano sobrenatural con la revelación prehistórica de Lucifer cuando se reveló en contra de su creador arrastrando a un tercio de los ángeles con el , y transferido al plano natural con la caída del hombre.

En la palabra encontramos que como seres humanos tenemos tres enemigos principalmente que son Satanás, el sistema del mundo, y nuestra concupiscencia. También dice que el enemigo viene para robar, matar, y destruir, pero Jesús vino para darnos vida abundante. Esa vida abundante es en esencia el Espíritu Santo que el padre envió atravez de Cristo, entonces para vencer a esos tres enemigos que tenemos lo principal es darle al ES su lugar en nuestras vidas.

Cuando Jesús le dijo a Simón Pedro que Satanás vendría a zarandearlos, ellos hubiesen anhelado escuchar que el mesías lo evitaría, pero en cambio el les dijo que el rogó al Padre para que tengan la suficiente fe para pasar por el zarandeo. Entonces podemos afirmar que Dios permite que vengan las pruebas o ataques por Satanás, con el fin de desarrollar nuestras capacidades espirituales, profundizar nuestra fe, y dar testimonio del mismo para animar a otros creyentes.

Así también el apóstol escribió a los efesos que, al momento de pasar por adversidades, debían tener la armadura espiritual que consistía en la analogía de como se cubrían o armaban los soldados de esos tiempos. El cinturón de la verdad consiste en aferrarse a la verdad de Dios y viviendo en la veracidad.

La coraza de justicia es una examinación constante en nosotros, y poseer la justicia de Jesús.

Los calzados se relacionan con anunciar las buenas nuevas, intercediendo por los perdidos, cumpliendo así la gran comisión.

El escudo de la fe es como una protección, entonces la fe nos sirve como escudo para seguir avanzando apagando los dardos de fuego del enemigo.

El casco de salvación es poseer la mente de Cristo con el conocimiento de la salvación que va a proteger nuestra mente.

La espada del Espíritu es buscar las escrituras, memorizar, orar en la palabra y hablar cuando fuese necesario.

En 1Pedro nos dice que el diablo es como un león rugiente; es decir que tiene su semejanza en su salvajismo, y con el deseo de saciarse con lo que encuentre, busca una presa; muy distinto en paralelismo al león de la tribu de Judá como se le nombra a Cristo en algunos pasajes. Desde un principio Satanás tenía el deseo de ser como Dios, entonces figura como el en algunos aspectos, pero siempre sale a relucir sus formas falsas y la finalidad de sus acciones destructivas en contra de la creación divina.




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